lunes, 25 de abril de 2011

¿A qué se debe el "desencantamiento amoroso"?

Podríamos dividir el amor en tres grandes etapas: atracción, apego y rompimiento. En el proceso de atracción   actúa en grandes cantidades la feniletilamina, la que secretará a su vez dopamina, vinculada con la capacidad de desear algo y generar placer, noreprefina, cuya ausencia se vincula con la disminución del impulso y la desmotivación y finalmente la oxitocina, la encargada del deseo sexual. En un comienzo, nuestro organismo se verá doblegado ante la poderosa influencia de la feniletilamina, provocando en nosotros ciertos síntomas característicos del proceso amoroso: taquicardia, sudoración, pérdida de la concentración y en muchos casos ciertos estados de euforia. Con el transcurrir del tiempo, vamos adentrándonos a una nueva etapa de este proceso: el apego, los niveles de feniletilamina van a caer abruptamente y tendremos el mayor protagonismo de la dopamina, cuyo accionar se vincula en esta etapa con cierta adicción que sentimos al estar con la persona amada. Finalmente tenemos la etapa más interesante: el rompimiento. ¿Por qué sucede esto? Esta nueva etapa puede atribuirse al acostumbramiento que ha sufrido nuestro cuerpo con el constante accionar de estas hormonas, cuyas dosis ya se hacen ineficaces e imperceptibles en nuestro cuerpo. Según Georgina Montemayor Flores, de la Facultad de Medicina de la UNAM, el amor tendría una fecha cúlmine: no duraría más de 4 años, de ahí en adelante sólo primaría el apego y el ser humano buscaría un nuevo estímulo que le permitiera revivir este estado de euforia y éxtasis a nivel corporal. ¿Y tú qué opinas?


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